Una técnica sexual desarrollada en África Central (Ruanda, Congo, Uganda y Tanzania) ha llamado la atención por decir (entre sus practicantes) que propicia los orgasmos femeninos más potentes. Se trata del Kunyaza.

La palabra Kunyaza procede del pueblo rundi de Ruanda, y tiene dos significados distintos pero cercanos: el primero es orinar; el segundo es el acto de eyaculación femenina resultante de esta práctica.

En el Kunyaza, la mujer suele expulsar una gran cantidad de flujo vaginal, por lo que el término es sinónimo de "sexo húmedo". La técnica se considera una práctica tradicional ruandesa, y el folclore popular sugiere que se remonta a la Tercera Dinastía, cuando una reina eligió a un guardia real para que mantuviera relaciones sexuales con ella. Él estaba muy nervioso y acabó dando a luz, para no dejarla en la estacada,desarrolló un método para dar placer: frotando el glande de su pene contra los labios mayores y menores y también contra el clítoris de la reina.

¿Cómo funciona Kunyaza?

Según el profesor N. Bizimana, responsable de un estudio en el que se entrevistó a 58 mujeres centroafricanas, el Kunyaza procede de una larga tradición. Las personas mayores de 70 años entrevistadas en 1986 confirmaron que sus abuelos ya utilizaban esta técnica, lo que significa que la práctica tiene al menos 150 años.

En el Kunyaza, el placer se centra en la mujer, es ella quien domina la situación. Ella participa cooperando con su pareja eligiendo los estímulos que desea recibir y la intensidad del ritmo que se utilizará, así como comunicando a su pareja qué partes de su vagina responden mejor a los estímulos que él intenta transmitir.

Existen dos tipos de estimulación en el Kunyaza: externa e interna. En ambas, el hombre pretende estimular simultáneamente distintas zonas erógenas femeninas situadas en la región genital.

Estimulación externa

En la práctica más sencilla, el hombre frota el clítoris con la cabeza de su miembro erecto en un ritmo continuo, sujetándolo con una mano o entre el índice y el dedo corazón, moviéndose a la misma velocidad de abajo arriba o de un lado a otro, pasando por toda la longitud de la vulva.

Puede alternar con movimientos circulares, en el sentido de las agujas del reloj o en sentido contrario. El clítoris y los labios mayores y menores también pueden estimularse con movimientos en zigzag.

En la estimulación externa, el hombre pasa (sin penetrar) su miembro por toda la longitud de la vulva de su pareja. Como la fricción puede causar algunas molestias, se recomienda utilizar saliva o aceite lubricante si la región no está lubricada de forma natural.

En la puerta de entrada

Con la lubricación vaginal estimulada por los preliminares, el hombre introduce el pene con un movimiento de entrada y salida.

Después de que la vagina lubrique el pene, vuelve a cogerlo con la mano (puede ser entre los dedos índice y corazón) y vuelve a la estimulación externa.

Conviene recordar que no siempre la fuerza es la mejor forma de estimular, sino la forma. Deja que la mujer dirija y que ella sepa cuál es la mejor forma y la más excitante.

A medida que la vagina se humedece, el hombre repite los mismos movimientos circulares en la abertura de los labios menores. A continuación, estimulará, con el mismo movimiento, el clítoris, los labios menores y la abertura vaginal.

El secreto reside en la estimulación del clítoris en su conjunto (no sólo la parte externa), sino hasta el borde inferior del orificio vaginal.

A continuación, el hombre estimulará un nuevo punto, el perineo. Acariciará la cabeza del pene desde el cuerpo del clítoris hasta la región anterior al ano.

Estimulación interna

En el momento de la estimulación interna, el hombre sujeta su pene con las manos y realiza movimientos intravaginales horizontales, verticales y circulares. La preocupación aquí es estimular directamente las paredes del canal vaginal, con más terminaciones nerviosas, proporcionando más placer que la penetración tradicional.

Los hombres pueden hacer que el sexo sea aún más estimulante alternando penetraciones poco profundas con otras más profundas.

Tanto en la estimulación interna como en la externa, el ritmo y la fuerza de los movimientos comienzan lenta y suavemente, y aumentan en función de la excitación y lubricación de las zonas implicadas.

Chorros, fluidos y secreciones

La técnica Kunyaza es conocida por hacer que la mujer produzca una gran cantidad de líquido, que también acaba lubricando el pene de su pareja.

En Ruanda, el término utilizado para el líquido segregado durante el Kunyaza se denomina amavangigo o ibinyare (conocido aquí por el nombre de squirting). El líquido expulsado se describe como una secreción transparente o ligeramente blanca.

La consistencia y el olor también difieren: mientras que la orina es siempre acuosa, con un fuerte olor a amoniaco; el amavangigo puede ser más espeso y ligeramente pegajoso, y generalmente es inodoro.

Qué aprender de todo esto

A pesar de tener un ritual y una forma de excitación femenina diferentes, el Kunyaza puede enseñar muchas lecciones a quienes no tenemos contacto con la cultura africana.

- Mayor preocupación por estimular el órgano sexual femenino;

- La penetración no es el único objetivo del sexo;

- Explora más las zonas erógenas de los genitales;

- Conoce el clítoris en su conjunto (y no sólo la parte que sobresale);

- Explora la sensibilidad del canal vaginal (y sus paredes);

- La importancia de dedicar más tiempo a los preliminares;

- Tener la posibilidad de estimular la eyaculación femenina.

Fuente: Clitoris Livre y RedPepper