Afeitarse con navaja no es sólo cuestión de higiene y estética: es un verdadero ritual de masculinidad, una experiencia (rústica en su esencia) por la que todo hombre debería pasar al menos una vez en la vida.

Sin embargo, existen algunas recomendaciones a la hora de utilizar la maquinilla -que debe estar muy afilada, por cierto-. Toallas, cremas, dirección de la cuchilla... Materiales y consejos fundamentales para tener un buen afeitado "a la antigua".

Aplicar crema hidratante en la cara

Ten a mano una crema hidratante para frotarte la cara antes de empezar a afeitarte con cuchilla. La cuchilla daña e irrita la piel de la cara, que es muy sensible, por eso es tan importante la hidratación.

Cúbrase la cara con una toalla caliente

Necesitarás una toalla caliente antes de empezar a afeitarte. Coge la toalla y métela en el microondas durante unos 2 minutos. Así evitarás irritar y lastimar la piel al utilizar la maquinilla de afeitar. Cuando la toalla empiece a enfriarse, retírala de la cara.

La espuma también tiene que estar caliente

Probablemente no tengas una máquina de espuma de afeitar en casa, no hay problema. Coge la espuma que tengas y mézclala con agua caliente del grifo. Puedes frotar la espuma en la barba con un cepillo o con la mano.

Pasa la cuchilla en la dirección en la que crece el vello

Tanto si vas a afeitarte toda la barba como si sólo vas a hacerlo bien, afeita siempre en la dirección en la que crece el vello. Cuidado con la línea de la mandíbula. Afeita la zona con suavidad para no dañar la piel y procura no dejar imperfecciones.

¡Otra vez la toalla caliente!

Es poco probable que tengas aceite de almendras en casa para hidratar el pelo, así que asegúrate de aclararte bien la cara. Calienta otra toalla y cubre sobre todo la zona del cuello, que es más difícil de afeitar con cuchilla. Cuando se enfríe, retira la toalla y empieza a afeitarte de nuevo.

Cuidados redoblados para el cuello

Tomemos como referencia la nuez de Adán (gogo popular). El pelo de debajo de ella crece hacia el pecho, y el de encima, hacia la cara.

Por eso, a la hora de afeitarse, hay que prestar atención a la dirección de crecimiento de cada región para no equivocarse. Mucha paciencia a la hora de afeitarse el cuello, ya que es una de las partes con mayor riesgo de corte.

Después del afeitado, toalla fría y final

Después de afeitarte la zona del cuello, lávate la cara con agua y aplícate una loción para después del afeitado, que ayuda a cerrar los poros. Después, coge una toalla fría y límpiate suavemente la cara del exceso de vello. Ya tienes tu afeitado "rústico" a navaja. Procura mantenerla afilada y no la guardes mojada y en lugares húmedos, porque tu navaja puede oxidarse.